martes, 7 de septiembre de 2010

QUIDAM: El mundo cabe bajo una carpa


"El Cirque du Soleil es en el entretenimiento en vivo lo que es Pixar en el cine. Nunca han tenido un show que no funcione" - Revista Billboard.
Decir que lo impresionante de este show es el hecho que hay más de 50 artistas provenientes de 14 países interactuando en vivo, un vestuario con más de 200 vestidos, más de un centenar de accesorios, sombreros y pelucas sería estar ciego frente al espectáculo que nos presentan. En realidad, todo eso no son más que pequeños ingredientes que sazonan este increíble espectáculo visual que no sólo entretiene, sino conmueve.

Lo central e interesante aquí es la historia que vemos desarrollar frente a nuestros ojos, mientras cada uno de nuestros sentidos van siendo estimulados, segundo a segundo. Todo está ejecutado al milímetro. No sobra ni un elemento. Todo lo que vemos está en su preciso lugar: música, luces, actores, acrobacias, humor, colores, sonidos, gestos.


La historia: Una niña alegre y soñadora vive en una casa común con padres totalmente inmersos en la rutina, con la cara pegada al periódico y los oídos atentos a una radio, escuchando las noticias. Esta niña camina alrededor de ellos, trata de llamarles la atención, los invita a jugar con ella... pero no mueven ni una pestaña. Están zombies. Muertos en vida. No ven más allá del día a día. Es entonces que ingresa por la puerta el personaje más bizarro del montaje: un hombre sin cabeza, con un paraguas abierto en una mano y un sombrero azul en la otra. Deja el sombrero sobre la alfombra, cual invitación, y se va. La niña no resiste y se pone el sombrero. Es allí donde toda la magia comienza.

                   

Los padres y su rutina se elevan hasta desaparecer. Frente a los ojos de esta niña inicia un desfile de personajes fantásticos que impresiona al público y divierten a morir a la niña mientras los padres se van sensibilizando y "humanizando". Un mundo mágico que no conoce de fronteras ni prejuicios. Un mundo realmente libre y estimulante.

Cirque du Soleil trasciende las rígidas fronteras del circo convencional. Aquí no vemos animales tristes, payasos disforzados ni domadores adormilados. Todas las reglas y moldes son rotos e incursionan en verdaderos actos, drama teatral y danza. Una real compañía de ilusiones, poderosa y conmovedora, donde la creatividad es la base y núcleo. Donde la imaginación es invocada. Se respira libertad siempre. Y uno vuelve a casa así, sintiéndose libre.

Lo mejor: la historia y cómo este mundo mágico va entrando por todos los sentidos, los 2 actos extraordinarios del payaso, la banda en vivo y cómo cada acto va sucediendo sin opacar al anterior y realzando al que viene.
Imperdible: TODA la experiencia!
Dónde: Jockey Club de Monterrico. Por favor hagan todo lo posible por conseguir entradas e ir... no se lo pueden perder!

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